No hay nada.
No tenemos nada.
Somos pobres
entre millones de cosas.

No sabemos nada.
Somos tontos
entre millones de libros.

Mierda.
Mierda.
Mierda
Más mierda.
Solo veo éso.
De vez en cuando logro entrever un rayo de luz,
una porción de materia orgánica no contaminada.
Y amo eso,
aprecio esas ínfimas porciones "no-contaminadas".

No es suficiene.
Pero aún siendo así hay que aprovecharlo.
Unámonos.
Jutemos todas esas pequeñas porciones
que no están infectadas.
Creemos esa uniformidad.
Un único cuerpo.
Sólido y fuerte.
Un cuerpo que aplaste a la mierda.
Un cuerpo que destruya.
Un cuerpo fundido.
Un cuerpo que transforme.
Una fuerte piedra.
Una fuerte roca.
Que aplaste.
Que destruya.
Que transforme.
Una uniformidad que a la vez
se pueda separar.
Y que, cuando sea necesario,
se vuelva unir.

No somos débiles.
Simplemente,
nos mostramos débiles.
Nos engañamos a nosotros mismos.
Queremos hacernos creer
que no tenemos fuerza.
Nos queremos creer esa mentira
para, a la vez, hacernos creer
que no podemos luchar,
que no podemos transformar
esta puta mierda de realidad.

No somos iguales.
Por ese motivo
es por el que debemos
estar siempre unidos.
Los iguales entre sí,
no pueden unirse.
No tendría sentido.
Tenemos cosas en común.
Pero no somos iguales.
No debemos crear
un cuerpo "de iguales".
Creemos un cuerpo
diverso pero uniforme,
con componentes diferentes,
pero compatibles.
Un cuerpo que lo formen
elementos diferentes
pero con puntos en común.
Un cuerpo sólido.
Fuerte.
Muy fuerte.
Uniforme.
Un cuerpo sólido.
Irrompible.
Un cuerpo sólido.
Un cuerpo....
¡invencibel!

No veo nada más.
No veo más que eso.
No logro ver otra solución.
Y, la verdad,
no me quiero preocupar
en encontrar otra solución.

Una única solución.
Una unión firme.

Unión.

Unidad.

Disolvámoslo todo.
Toda la mierda,
pongámosla en su lugar:
en la puta basura.
Luego hagamos desaperecer
esa puta basura.

Disolvamos la civilización.

Disolvamos el mundo.


Unión.

Unidad.

Firmeza.

Solidez.


Unidad...

...

LIBERTAD.