martes, 4 de diciembre de 2007

Lo sé.
Tranquilo.
Venga, no te cortes.
Llora, llora. Restriega tus mucosidades por mi hombro. Chilla si quieres.


Sé que hoy es un día triste. Horrible. Catastrófico. Negrísimo. Odioso... Te encuentras completamente solo y sé que necesitas desahogarte.
Claro que lo sé. Lo sé muy bien.

Y ahora vas y me pides que no me ría, pero lo siento, es que me hace mucha gracia. Bueno, tu ahora no pienses en eso. Solo llora. Habla. Vomita insultos y oscenidades por tu boca. Cágate en todo lo cagable.


Sé que lo necesitas y es por eso por lo que estoy a tu lado. Igual que ella, que siempre estuvo a tu lado... pero te ha abandonado...
Llora.
Tranquilo yo no te dejaré tirado. No seré tan malnacido e hijo de la gran perra como ella. Yo no te dejaré en una completa soledad como ha hecho ella. Claro que no. Por supuesto que no.
Aquí me tienes. A tu lado. Y tú llorando por culpa de esa zorra. Te ha abandonado. Maldita. ¡Puta! Y a pesar de todo. A pesar de que te ha dejado tirado como a una mierda, tú la sigues amando con todo tu corazón.
Nunca creiste que se puediese sufrir tanto. Nunca se te paso por la cabeza. Pero aquí estas. No puedes parar de llorar y llorar y llorar y llorar. Y tú no paras de preguntarte por qué te ha tenido que hacer esto. Tú siempre la fuiste fiel. Siempre. Nunca la dejaste por otra mejor. Todos los días te tenía consigo. Y no entiendes por qué te ha hecho esto. No lo logras comprender.
Y yo te digo que te tranquilices. Que seguro que encontrarás a otra. Hay muchas. Muchísimas. Encontrarás a otra incluso mejor. Más avanzada. Y que será imposible que te abandone.

Venga. Sé que es muy duro. Pero no me gusta verte así. Ella. Esa cabrona insensible no se merece todas esas lágrimas.
Joder. Estás temblando.
Vamos, anímate un poco. Olvídate de ella. Ve a por otra. Ya te lo he dicho, hay montones y mejores que ella.


Toma un klinex. Límpiate esas mocos y esas lágrimas.
Y ahora abrázame. Abrázame fuerte. Muy fuerte.
Y ya, por favor, no llores más. Me duele verte así.
Lo superarás, claro que sí. Lo superarás.
Venga, no te preocupes más.


Venga. Vamos.
Encontrarás a otra. Eso tenlo por seguro.
Vamos.
No llores más por ella.


Olvida a tu vieja televisión.

1 comentario:

Linzhe dijo...

Joder tío, enhorabuena por el texto, la verdad es que me ha llamado bastante la atención. No se me hubiera ocurrido pensar que realmente era la televisión de quién hablabas.
Lo cierto es que la gente, hoy en día, depende muchísimo de la televisión, casi tanto como del amor mismo.
Muy bien efectuada la crítica, sí señor.
¡Un saludo!